La peluquería es una profesión vocacional. Quienes se dedican a ella lo hacen por su amor absoluto por el cabello, y si llegaron por otras vías, pronto sienten el flechazo. Por eso, es muy habitual albergar el deseo de abrir un salón propio en el que plasmar su creatividad y ofrecer un servicio de calidad a sus clientes. Aunque el proceso puede resultar abrumador, el camino es más accesible e ilusionante si se cuenta con los partners adecuados.

¿Por dónde empezar?

Abrir un salón de peluquería es una aventura apasionante, pero debemos tener claro que implica una importante inversión de tiempo, esfuerzo y recursos. Para poder sacar adelante tu proyecto, necesitas:

  • Buscar financiación y elaborar un plan de negocio viable.
  • Seleccionar el local, tras investigar las mejores ubicaciones, y negociar las condiciones.
  • Habilitar el espacio y decorarlo, teniendo en cuenta tus gustos y los del público más próximo.
  • Captar al personal y formarlo, tanto en temas técnicos y tendencias, como en el trato al cliente y la promoción de las ventas.
  • Diseñar una estrategia de apertura del nuevo salón.
  • Una vez has despegado, toca hacer el seguimiento continuo de tu negocio.

Si pensar en tanta gestión, papeleo y negociación amenaza con enterrar tu sueño para siempre, puedes estar tranquilo, porque existe una alternativa para lograrlo, garantizando los mejores resultados y sin morir en el intento: se trata del modelo de franquicias que ofrece Carol Bruguera.

La franquicia: un modelo consolidado para garantizar tu éxito

Con más de 60 años de historia, Carol Bruguera es una de las firmas de peluquería más prestigiosas y premiadas del país. Destaca tanto por su vertiente artística como por su firme apuesta por la digitalización y el I+D, lo que la sitúa a la vanguardia de la industria.

Un equipo de expertos te ayudará con «el plan de negocio, acuerdos con proveedores, captación y fidelización de clientes, gestión laboral y contable, creación de nuevas colecciones, etc. Todo lo necesario antes, durante y después de la apertura del salón para que el negocio no solo funcione sino que crezca.»

¿Y si quieres darle tu sello propio?

Una de las desventajas que puede presentar el modelo de franquicia tradicional es la falta de flexibilidad para quienes quieren expresar su creatividad y personalidad propia. Sin embargo, en este aspecto, Carol Bruguera es la franquicia que no parece una franquicia.